Cada cierto tiempo los vampiros vuelven a la primera plana. Esta vez con la saga Crepúsculo (también cada vez más blandos y menos sangrientos). Así que hablemos de vampiros pero de una vampira real: La Condesa Erzsébet Báthory. Esta nació en el siete de agosto de 1560 y la encontraron muerta el 21 de agosto de 1614, a la edad de 54 años tras permanecer encerrada tres de ellos en sus aposentos de su castillo, con las ventanas y las puertas tapiadas, solamente una rendija permaneció abierta por donde recibía comida y bebida.
Pertenecía a una antigua aristocracia húngara, una de las más poderosas familas, tanto que conservó su nombre de soltera tras casarse con el conde Ferencz Nádasdy (al que dio cuatro hijos). Tras la muerte de este, tras 25 años de matrimonio, y con sus hijos ya criados, pudo, así, disponer del castillo para si sola, y así desatar sus practicas de magía para conservar la juventud y la lozanía. Estaba convencida que la sangre de jóvenes doncellas la mantendría en una eterna juventud. Contrataba a chicas en su corte para después asesinarlas y tomar baños con su sangre. El proceso para conseguir su sangre las torturaba en procesos sadomasoquistas. Fue descubierta cuando pasó de asesinar a las campesinas a asesinar a hijas de la baja nobleza. La condesa nunca fue a juicio. Su apellido era demasiado poderoso y sus lazos familiares llegaban hasta el rey. Sus complices fueron decapitados o quemados en la hoguera. Salvo una criada que fue declarada inocente. Se dice que asesinó a más de 600 muchachas.
Hay argumentaciones que declaran que todo esto es falso. Que el poder político de La Condesa Erzsébet era demasiado grande y los cargos no fueron una conspiración orquestada por los Habsburgo, para extender su poder sobre Hungría. La aristócrata Erzsébet era transilvana y protestante perteneciente a un grupo ganaralmente opuesto a los Habsburgos.
Cierto o falso la leyenda de la Condesa Sangrienta ha dado unsin fin de películas y libros.
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